jueves, 23 de agosto de 2012

Una jornada con los Socorristas de la playa de Hondarribia



Fuente: Diario Vasco (Joel Iglesias)
Desde principios de la década de los 80, Cruz Roja se encarga de la vigilancia de la playa de Hondarribia. Este verano, el equipo está formada por ocho personas entre los que, además de socorristas, también hay personal médico. Hay ocasiones en los que son más personas, al acudir voluntarios de la agrupación a echar una mano.Ninguno día es igual a otro, pero este reportaje sirve para hacernos una idea de cómo son sus jornadas. El responsable de Cruz Roja en este arenal, Igor Garín, nos ha ayudado a conocer esa labor que desarrollan en el periodo estival.
9.45 Llegada a la playa
Aunque el servicio empieza a las diez y media, desde minutos antes de la diez empiezan a llegar los socorristas. Lo primero de todo es montar las torretas de vigilancia y colocar los carteles en los que se informa de la calidad del agua, temperatura, banderas. Sobre las diez y cuarto, la zodiac revisa toda la zona de baño para comprobar si hay restos de flotantes, medusas y si hay corrientes que sean peligrosas. Se mide la temperatura del mar a unos 20 metros de la orilla y a un metro de profundidad. El termómetro marca 21 grados. Si está todo correcto, como es el caso, se iza la bandera verde.Al filo de las diez y media, los socorristas a los que les toca el primer turno se dirigen a las torretas. Acuden con un botiquín y material de rescate. Todo está listo.
10.30 Inicio del servicio
A pesar de ser una jornada soleada, el servicio empieza tranquilo. De momento, no hay mucha afluencia de gente a la playa. Igor Garín nos explica que «siempre hay una persona en cada torreta, haga el día que haga, y se van rotando cada hora».Al margen de estos dos puntos de vigilancia, en cuanto el responsable de Cruz Roja en el arenal hondarribitarra observa que empiezan a acudir más personas «se prepara la embarcación para vigilar desde el agua, y una patrulla dinámica desde tierra, que suele andar por la orilla y que también llevan un botiquín y material de primera intervención».
11.15 Grupos de colonias
Sobre las once y cuarto llegan a la playa grupos de niños que están de colonias. En cuanto los ve, Igor avisa a una de las torretas. Quiere que le comuniquen cuando los menores acudan al agua. Es el momento de reforzar la vigilancia con lo que denominan patrulla dinámica.Según nos cuenta, «en cuanto vienen muchos niños, lo que hacemos es que dos socorristas se encarguen de estos grupos, y así las dos torretas pueden centrar su atención en el resto de la zona de baño».
12.20 Un niño perdido
No hay ningún sobresalto hasta que pasadas las doce y cuarto, desde una de las torretas comunican que ha aparecido un niño perdido. Una persona lo ha acercado a este punto al verlo llorando. Los socorristas trasladan al niño al botiquín. Toca tranquilizarle. Caramelos, globos con los guantes. Todo vale.Una vez que el niño está más calmado recogen sus datos personales, características físicas y vestimenta que lleva. Poco después lo comunican por megafonía. No pasan ni cinco minutos y aparece la madre. Estaba como loca buscando al niño por la orilla. Todo ha quedado en un susto.
14.00 Hora de comer
Sobre las dos de la tarde mucha gente deja la playa. Es la hora de comer. También para los socorristas. Eso sí, no siempre se puede. «Ha habido fines de semana que nos hemos quedado sin comer, aunque han sido días muy puntuales», nos dice Igor.Al haber menos gente, con la vigilancia de las torretas y una de las patrullas, bien la de tierra o la de mar, es suficiente. Esto les permite ir rotándose mientras comen.Aprovecho el momento para preguntarle qué es lo que hacen en los días de mal tiempo. «Solemos utilizarlos para hacer prácticas, repasar protocolos, incluso jugar a cartas. Al final son nueve horas y media, y como salga un día gris, hay mucho tiempo», apunta. Una tranquilidad que dista mucho de lo que ocurrió la jornada en la que fui.
16.00 Bandera amarilla
Después de una mañana e inicio de tarde con bandera verde, a eso de las cuatro se cambia y se iza la bandera amarilla. El motivo es que ha aparecido un poco de oleaje. No es muy peligroso, pero toman esta decisión por precaución «para que la gente se dé cuenta que tiene que andar con más cuidado».Igor nos detalla que «es una ola que rompe justo en la orilla, que puede desequilibrar a gente mayor, con movilidad reducida, o a niños, y al final puede ocasionar un susto importante. Además, hay que tener cuidado porque te arrastra cuatro o cinco metros y ya puede suponer dificultades».
18.15 Galerna
El día se complica definitivamente. Pasadas las seis de la tarde, se produce un cambio de viento y empieza a pegar fuerte, tanto que algunas sombrillas salen volando. La galerna hace acto de presencia después de una jornada muy calurosa. Se activa el protocolo que hay en estos casos.Igor informa a la embarcación que está en el agua para que, junto a socorristas que están en la arena, adviertan a toda la gente que está en el mar que se acerque a la orilla, a zonas que cubren poco.Al haber voluntarios que se han acercado a ayudar, el responsable de Cruz Roja opta por poner un socorrista cada 100 metros con material de rescate, de tal forma que se cubre toda la orilla. Uno de ellos, se tiene que lanzar al agua porque hay tres chavales que tienen problemas para llegar a la arena. Afortunadamente, no pasa a mayores.
20.00 Fin del servicio
La galerna ha durado como una hora. Hacia las siete, la situación se calma y vuelve a la normalidad. La última hora es relativamente tranquila. No hay más incidencias después de un día bastante movido.Al filo de las ocho, toca deshacer el camino andando. Se recogen los carteles que se han colado a la mañana con la información sobre la playa, la zodiac se dirige al puerto deportivo y los socorristas regresan al botiquín. Ha terminado el día.

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