jueves, 19 de mayo de 2011

Joven alemán de 19 años fallece ahogado en Lloret

Fuente: El País.

Un joven alemán de 19 años murió ahogado en la playa de Fanals de Lloret de Mar (Selva) el pasado sábado por la noche. El joven se metió en el agua poco antes de las once junto con otros dos amigos, a pesar de que había un fuerte oleaje y en la playa ondeaba la bandera roja, que prohíbe el baño. Los otros dos chicos, también alemanes y de 19 años, consiguieron salir del agua y al percatarse de que su amigo seguía dentro, avisaron a un vecino de Lloret que se encontraba en el lugar, quien, a su vez, avisó a los equipos de emergencia.

Era uno de esos temporales de mar con una corriente que lleva hacia el fondo", dijo el alcalde ayer. Crespo explicó que los equipos de emergencias de la Generalitat, Protección Civil y la Policía Local hicieron "todo lo posible" para salvar al joven y que un policía local que entró en el agua para rescatarlo tuvo que salir porque era demasiado peligroso por la fuerza del oleaje. El Servicio de Emergencias Médicas envió ayer a un equipo de psicólogos que hablan alemán para atender a los amigos del joven fallecido.El alcalde de la localidad, Xavier Crespo (CiU), afirmó ayer a la agencia Efe que la muerte del muchacho se debió a un acto "imprudente". Crespo explicó que los tres jóvenes alemanes, que habían llegado el mismo sábado a Lloret a pasar unos días de vacaciones, se metieron en el mar con un fuerte oleaje y sin hacer caso de la bandera roja en la playa, situada en pleno centro de la población, frente al mismo edificio consistorial.

En el amplio operativo de rescate montado para buscar al joven desaparecido participaron cinco dotaciones de los bomberos, agentes de los Mossos d'Esquadra y de la Policía Local y efectivos de Salvamento Marítimo, Servicio de Emergencias Médicas y Protección Civil.

Comentario editorial:

Los datos estadísticos sobre la epidemiología de los ahogamientos demuestran que, en general, los varones tienen mayor riesgo de ahogamiento en cualquier edad. Entre los 14 y 19 años se ahogan 9 hombres por cada mujer y ello es debido fundamentalmente a razones de índole psicológica relacionadas con el comportamiento social y grupal. Las mujeres en grupo tienden a ser cooperativas, mientras que los hombres suelen ser competitivos y desafían el status quo.

No es lo mismo un ahogamiento fortuito o casual que una imprudencia cometida además con la influencia del alcohol y el empuje de los compañeros, casi sorprende que sólo uno de los tres se ahogase ante las circunstancias y el mal estado de la mar que complicó el rescate, a pesar de los numerosos medios que intervinieron. Ya vimos una polémica parecida al respecto de los rescates en montaña de personas inexpertas o insuficientemente equipadas, pero existe una gran diferencia: más de diez minutos de permanencia en el agua suponen que con total seguridad lo que se rescatará será un muerto. Por eso hay Socorristas en el medio acuático, no lo olvidemos.
Hay un segundo aspecto que no debemos olvidar y sobre el que debemos insistir hasta la saciedad, hasta que consigamos que nuestros conciudadanos reaccionen: la Autoproteccion. La próxima vez que se te pase por la cabeza hacer algo similar, piensa si quieres seguir disfrutando de tus amigos mañana y cómo tienes que actuar para lograrlo, no importa lo que te digan.

martes, 3 de mayo de 2011

Editorial: Yo también siento tu miedo.

Leo la sucinta entrevista con Alberto González que publica La Voz de Galicia sobre el rescate en el que salvó la vida de una jóven en la playa de Bastiagueiro el pasado sábado. Conozco a Alberto desde los inicios de AETSAS y la Escuela Segoviana de Socorrismo, hace más de quince años y siento un aprecio especial por su persona y un extraordinario respeto por su impresionante categoría como Profesor y profesional del Socorrismo.

Creo que puedo entender perfectamente, porque he pasado por situaciones similares, lo que le pasó a Alberto por la cabeza en esos momentos: Su familia, sus hijas jugando en la arena y Alberto detectando un ahogado, corriendo hacia el agua y, mientras nadaba, siendo consciente de lo difícil de la situación, convirtiendo el miedo en determinación para hacer lo que tienes que hacer, como hay que hacerlo: sin perder de vista a la persona, acercándose correctamente, hablar a la víctima, controlarla y ponerla a salvo y además dar instrucciones a los demás que se han acercado para que organicen la búsqueda de la otra persona que finalmente apareció ahogada.

Se me queda el corazón en un puño cuando Alberto afirma que ha dormido mal; que no siente que salvara una vida, sino que más bien ayudó a que la situación no fuera a peor y reconoce que se lanzó al agua con miedo, consciente de que no tenía material de apoyo y de la dificultad del rescate. Estoy seguro de que Alberto dormirá mal todavía unas cuantas noches más, porque esa sensación extraña, mezcla de miedo, impotencia, frustración y alivio, -y lo sé por experiencia propia-, sólo se desvanecerá con el tiempo.

Amigo Alberto, yo también siento tu miedo. Ese miedo con el que a pesar de todo arriesgaste tu vida. Miedo porque las playas españolas siguen sin vigilancia. Miedo porque los responsables siguen sin inmutarse con los ahogados que se les acumulan en las espaldas. Miedo porque los Socorristas, que cada vez nos empeñamos (y tú uno de los que más) en que estén mejor preparados, siguen estando devaluados y desapreciados. Miedo porque los Profesores de Salvamento no tengamos reconocida nuestra preparación y experiencia de décadas de trabajo. Miedo porque en los convenios colectivos el sueldo de los Socorristas ha caído de 1100 € a 800 € en los últimos tres años. Miedo porque sigue habiendo entidades que imparten cursos sin los mínimos requisitos de calidad y profesionalidad ....

Amigo Alberto, un fuerte abrazo de tus compañeros de Segovia.

Una joven se ahoga y otra es rescatada por un Socorrista de AETSAS asistente al Congreso gallego.

Fuente y Fotografía: La Voz de Galicia
Una joven de 17 años se ahogó el pasado sábado 30 de Abril en la playa de Bastiagueiro (Oleiros) cuando se encontraba acompañada de otros tres amigos. Otra chica también estuvo a punto de perecer, pero fue salvada por un socorrista. Se da la circunstancia de que a pocos metros del arenal donde se produjo el suceso se encontraban más de cien socorristas reunidos con motivo de un congreso internacional en la sede del INEF de Galicia. La presencia de los numerosos profesionales de salvamento, así como del helicóptero Helimer Galicia, que participó en la búsqueda de la chica, no fueron suficientes para evitar el trágico final.
Pasadas las cinco y media de la tarde los equipos de emergencias recibieron la alerta del 112. Los cuatro jóvenes, con edades comprendidas entre los 17 y los 20 años y vecinos de A Coruña, se habían internado, al parecer, por las rocas de la playa hasta un área donde hay carteles que advierten del peligro de la pleamar. «Se metieron al agua y la corriente los arrastró», señalaron fuentes del Servicio de Emergencias Municipal de Oleiros. Uno de los socorristas del congreso, que se había desplazado hasta la playa para darse un baño, descubrió a una joven en apuros que pedía auxilio y la rescató del agua. «De no haber estado allí estaríamos hablando de dos ahogadas», señalan las mismas fuentes.

Embarcaciones preparadas para el Congreso Gallego de Salvamento.

Con motivo del congreso, en la localidad próxima de Santa Cruz también se encontraban varios trabajadores de salvamento preparando unas embarcaciones para los simulacros de hoy por la mañana. Recibieron el aviso y rescataron a los dos chicos varones que estaban en el agua. No obstante, estos nunca llegaron a estar en situación de peligro. Fueron estos dos jóvenes quienes alertaron de que una de sus compañeras había desaparecido en el agua. Fue entonces cuando se acentuaron los trabajos de búsqueda con las lanchas y el helicóptero. Finalmente un piragüista encontró el cuerpo de la chica flotando y dio aviso a los servicios de emergencias. La corriente había desplazado a la joven algo más de cien metros con respecto a la zona en la que había desaparecido. Más de una decena de profesores del congreso del INEF Galicia esperaban en el arenal para intervenir, y los intentos de reanimación de la joven se prolongaron por espacio de media hora, pero no pudieron conseguir que se recuperase. Además del Servicio de Emergencias Municipal y del personal sanitario de las ambulancias, al lugar también se desplazaron agentes de la Policía Local de Oleiros y una patrulla de la Guardia Civil.


Alberto González: "La agarré de una mano y logré arrastrarla a una tabla de surf."

Reconoce que en el rescate en Bastiagueiro sintió miedo y lamenta la falta de cultura en prevención acuática

Alberto González Ortega tiene 41 años y es profesor de Salvamento Acuático en Madrid. Fue una feliz casualidad que el sábado estuviese en la playa de Bastiagueiro y pudiese rescatar a una bañista. Sin embargo, le queda una espina: la de no haber podido sacar con vida a la otra joven, que se ahogó. Dice que lo que fallan son los recursos y las inversiones en la costa y reivindica programas de formación homogéneos.


-¿Cómo se levantó hoy?
-No dormí bien... Llevo muchos años en esto y lo del sábado fue duro.

-Pero está acostumbrado a este tipo de situaciones.
-El sábado fue diferente. Estaba en la playa tumbado al sol, con mis hijas... Y ellas me vieron salir corriendo. Además, el salvamento no fue fácil. Sentí miedo. La bañista estaba a bastante distancia y yo no tenía el equipo de socorrismo. Entré al agua sin aletas, gafas, tubo o brazo de rescate. Esta no es la mejor forma de hacer un salvamento.

-Sin embargo salvó una vida.
-Yo no lo siento como tal. En realidad, lo que piensas es que ayudas a que una situación no vaya a peor y que podrías haber hecho más.

-¿Se duda en situaciones así?
-Sentí miedo: era una situación muy arriesgada y meterse en el agua sin el equipo y sin saber con qué apoyos cuentas es el último recurso. Sabía que ya estaban avisando al 112 y que no tardaría en llegar un helicóptero, así que decidí entrar.

-¿Qué pasó cuando llegó hasta la joven?
-En realidad entramos en el agua dos personas. El otro bañista cuando llegó hasta ella estaba exhausto y mantuvo el espacio de seguridad con ella. Creo que tomó la decisión más inteligente. Yo me dirigí hacia ella, tomé contacto verbal y la agarré de la mano para ir arrastrándola poco a poco con la ayuda de la tabla de un surfista que también estaba allí. La chica estaba muy nerviosa porque no veía a su amiga.

-¿Cómo consiguieron encontrarla?
-Otro bañista se metió al agua con una canoa. Le pedí que siguiese buscando a la otra chica y finalmente la localizó. El rescatador del Helimer Galicia bajó hasta el agua y consiguieron llevarla en zódiac hasta la orilla.

-¿Alguna vez le pasó algo similar: estar en la playa pasando el día con su familia y tener que hacer un rescate?
-Es curioso porque me ocurrió también en Galicia; hace unos 20 años, en la playa de Corrubedo. Un hombre me alertó de que su hijo estaba en el agua. Entré y lo rescaté. Cuando llegó a la orilla el padre abrazó al niño y se fueron. No supe más.

-¿Y después del rescate en Bastiagueiro pudo hablar con la joven que sacó del agua?
-Estaba exhausta, nerviosa y angustiada por su amiga. No concebía que le faltase y se sentía muy responsable.

-¿Y pudo hablar con el bañista que también se lanzó al agua, con el surfista o con el de la canoa?
-Fueron muy valientes e hicieron un esfuerzo físico muy grande. Sé que el chico que entró en el agua con la canoa después estaba muy mareado. Su forma física no era la mejor, pasó mucha tensión y presenció la reanimación de la chica que finalmente falleció. La situación que vivimos allí fue muy dramática. A los otros dos no los volví a ver, pero les agradezco que hubieran estado allí.

-¿Cree que los bañistas somos demasiado temerarios?
- Hay de todo. Algunos piensan que los socorristas estamos para molestar y para prohibir hacer cosas. El problema es que hay una carencia de cultura en prevención acuática muy grande, tanto entre bañistas como en las Administraciones. ¿Por qué se invierte en prevenir accidentes de tráfico y no para ahogamientos?