lunes, 20 de septiembre de 2010

División de opiniones sobre el baño en el Pontón Alto.

Fuente y Fotografía: El Adelantado
Más de cien personas han muerto ahogadas durante los meses de verano en España, la mayoría con una edad comprendida de entre 30 y 60 años, lo que rompe la tendencia de años anteriores en los que los ancianos y los niños eran los más afectados. Según los datos facilitados por organismos autonómicos, estatales y de emergencias, la Comunidad Autónoma con más víctimas por ahogamiento ha sido Galicia, con 17, seguida de Baleares y la Comunidad Valenciana, ambas con 16 muertos.

Los lugares con mayor número de víctimas, al igual que en los últimos veranos, han sido las playas, aunque los datos recogidos revelan también un incremento notable de personas ahogadas en ríos, pantanos y acequias. Este aumento ha sido especialmente visible en las comunidades autónomas de Castilla y León y Aragón, donde se han producido al menos 11 ahogamientos en aguas interiores. En Segovia, el lugar preferido por los veraneantes tanto de la provincia como de otras zonas del centro del país es el embalse del Pontón Alto, a cuatro kilómetros de la localidad de La Granja de San Ildefonso. Allí acuden grupos de amigos, familias enteras y parejas a bañarse y a pasar el día descansando. El riesgo llega cuando deciden bañarse. En ningún lugar se advierte del peligro ni existen zonas de seguridad pese a que asociaciones como la Escuela Segoviana de Socorrismo han advertido desde hace años sobre la necesidad de regular la situación.

Entre la población, hay diversidad de opiniones: unos creen necesario que haya socorristas o algún tipo de zona de control: “La seguridad nunca sobra”, asegura un bañista; otros, por el contrario, dejan libertad para que cada uno elija bañarse a pesar del riesgo. “Todo el mundo es responsable de lo que tiene que hacer. En los ríos nunca ha habido ni hay socorristas”, sentencia otro veraneante. Cualquiera que durante el verano haya decidido pasar el día en este paraje pudo ver cómo, a pesar de la falta de regulación de la zona, la gente sigue bañándose con más o menos cuidado y practicando deportes acuáticos como el piragüismo. Las razones principales que hacen decantarse a los veraneantes por la opción del pantano en vez de por una piscina son diversas: desde el precio hasta la tranquilidad que ofrece estar rodeado de naturaleza. Eso sí, se demanda más limpieza, mejores accesos y algunas zonas de esparcimiento como chiringuitos o cafeterías.

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