Fuente: Europa Press
Un estudio elaborado por la Universidade de Vigo revela que, en estado de reposo, el 90 por ciento de los socorristas es capaz de realizar una reanimación cardiopulmonar óptima, si bien prácticamente ninguno realiza una reanimación efectiva después del esfuerzo que requiere el haber rescatado a la víctima. Así, según el experimento realizado,
tras recorrer 50 metros y nadar otros 75, la efectividad de la reanimación cardiopulmonar cayó hasta el 20 por ciento en la veintena de personas que participaron en la investigación -alumnos de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte-.
El estudio, extrapolable para todos los socorristas, ha sido realizado por el Grupo de Investigación en Educación y Salud de la facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, del campus de Pontevedra. El profesor
Roberto Barcala ha sido el coordinador de la iniciativa, desarrollada en colaboración con el Grupo de Investigación en Actividad Acuática y Socorrismo de la Universidade da Coruña.
Para llegar a las conclusiones, primero se analizaron los resultados obtenidos en reanimaciones realizadas por un grupo de estudiantes que no había realizado ningún esfuerzo previo --empleándose un muñeco de reanimación monitorizado--, y mediante las cuales se llegó a constatar que
"cualquier socorrista en reposo hace una reanimación efectiva", explicó Barcala.
En la segunda fase se realizó una prueba de rescate estándar, en la que se recorre una distancia de 50 metros por arena y se nadan otros 75 metros para recoger al ahogado, luego se le saca del agua, se arrastra 10 metros hasta la arena seca y se comienza la reanimación a máxima intensidad. En este caso, ningún socorrista pasa de un 20 por ciento de efectividad. Por ello,
el profesor consideró que "se puede decir que el 100 por ciento no hace una reanimación cardiopulmonar de calidad a causa de la fatiga con la que llega".
No obstante, en la experiencia también se realizó un rescate estándar empleando Material de Rescate Polivalente Acuático (Marpa) y aletas, pudiéndose constatar que el tiempo de actuación se reduce en un 50 por ciento, se reduce la fatiga y la efectividad sube por encima del 60-70 por ciento. Esto llevó a Barcala a destacar la importancia de contar con el dispositivo polivalente, ya que "un socorrista sin material en un rescate no ofrece garantías".
Según los datos del INE, más de 1.000 personas mueren ahogadas al año en España. El profesor recordó que, en un rescate "cada minuto es vital" puesto que el proceso total para que la víctima permanezca con vida "no puede ser superior a 10 minutos". Según los resultados del estudio, un rescate estándar está en 5-6 minutos y empleando aletas se logra reducir a 2-3 minutos, con el consecuente descenso del nivel de fatiga y, por tanto, consiguiéndose una mayor efectividad de actuación.
El estudio --el primero mundial que se hace en salvamento acuático usando las variables relativas al esfuerzo físico-- será presentado en un congreso mundial de salvamento y socorrismo que se celebrará en octubre en Chile y, además, será publicado en la revista 'Resucitation', la más importante en el mundo de las urgencias médicas. También formará parte de la tesis de doctorado del Antonio Bores Cerezal, licenciado por la facultad pontevedresa y quien trabaja como preparador físico de la selección española de fútbol sala.