miércoles, 28 de julio de 2010

Un bebe muere ahogado al ser bautizado por el rito de inmersión en Moldavia.



Un sacerdote moldavo está siendo investigado como presunto autor de un delito de homicidio imprudente después de que un niño de seis semanas falleciera tras ser bautizado. El sacerdote asegura que la ceremonia de bautismo no tiene nada que ver con el fallecimiento del niño. Según informa el diario The Sun, varios testigos aseguran que el padre Valentín no cubrió la boca del menor al sumergirle en la pila bautismal.

Los familiares del bebé aseguran que, al poco de ser sacado de la fuente, el pequeño respiraba con dificultad y veinte más tarde comenzó a sangrar por la boca y por la nariz. En la autopsia se ha encontrado agua en sus pulmones y confirma que el niño murió ahogado. "Todos lo vimos, el sacerdote no puso la mano en la boca del bebé como se hace habitualmente para evitar que el niño tragase agua", ha asegurado el Dumitru Gaidau, padre del fallecido. "No podíamos creer que solo le agarrase por la tripa y por la cabeza para meterle tres veces en el agua".

De acuerdo al testimonio de la madre, el bebé "no podía respirar, su rostro se volvió azul y comenzó a echar espuma por la boca". Sin embargo, el sacerdote argumento que no se debía interrumpir el ritual y sumergió al bebé hasta en tres ocasiones en el agua. Según informa el diario Daily Mail, la familia del pequeño increpó al médico pero este les dijo que sabía lo que hacía, que no era el primer bebé que bautizaba". La policía local está investigando el suceso y si encuentran al sacerdote culpable se podría enfrentar a una condena de 3 años de cárcel.

martes, 27 de julio de 2010

Evita que el baño acabe en tragedia.

Fuente: Web de RTVE (Esther Pérez Amat/Gema Romero)
  • Primer consejo: no te arrojes al rescate si pones en riesgo tu vida
  • En caso de accidente en el agua: protege, avisa y socorre
  • El ahogamiento causa al año 175.000 muertes en niños y jóvenes
  • El 'corte de digestión' causa el 20% de las muertes anuales por ahogos
Si ves a una persona que se está ahogando ¿qué haces? ¿te lanzas al rescate?¿esperas y avisas al 112?

Playa, piscina, río, pantano, presa ...cualquier lugar nos parece bueno para darnos un chapuzón, pero hay que extremar las precauciones porque las aguas pueden ser muy traicioneras. Los ahogamientos ocurren mayoritariamente en los fines de semana, en vacaciones, con tiempo caluroso y en las horas centrales del día.

Hay que extremar las precauciones y aplicar el sentido común, porque todos, hasta el más experto nadador, podemos sufrir un accidente grave en el agua. Sólo en el año 2008 murieron "por ahogamiento, sumersión o sofocación accidental" 2.137 personas en España, según los últimos datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística.

"Lo que ves en la superficie no tiene nada que ver con lo que hay en el fondo. Un mar en calma puede esconder una fuerte corriente", explica a RTVE.es Miguel González Rojo, técnico de la Escuela Segoviana de Socorrismo. Los problemas surgen cuando empezamos a acumular pérdida de control: un trago de agua, un golpe en el pie con una piedra, un susto al comprobar que ya no hacemos pie. "Las circunstancias cambian, nos ponemos nerviosos, perdemos el control y terminamos ahogándonos, perfectamente se puede ahogar un buen nadador", añade.

Si no sabes, no te metas

Lo primero es mantener la calma, lo segundo pedir ayuda. "No pongas en riesgo tu vida, no conviertas un ahogado en dos", sentencia Miguel González, que aconseja que "nunca hay que meterse en el agua para salvar a nadie si no nos sentimos capacitados y sin medios adecuados".

Si nos lanzamos al agua, ¿cómo vamos a reaccionar cuando la otra persona se apoye en nosotros para respirar y nos hunda también a nosotros? ¿Tendremos fuerza y energía para arrastrar a una persona hasta la orilla y seguir respirando los dos?. "Está claro que si ves que tu padre o tu novia se está ahogando no te vas a quedar sin hacer nada, pero podemos reaccionar con un poco de inteligencia", explica Luis Miguel Pascual, director técnico de SOS Segovia y profesor del Salvamento Acuático.

Primer consejo a tener en cuenta: no te arrojes si pones en riesgo tu vida. Segundo, si te lanzas al agua lleva algo flotante. Al llegar, nos recomiendan que no nos acerquemos, "debemos lanzarle el material flotante para que se agarre sin ponernos a su alcance y sin dejar de hablar para que se mantenga a flote". Una vez seguro, hay que acercarse despacio, tranquilizarle y ayudarle a llegar a un lugar en el que haga pie, sin que suelte el material flotante. Después nos deberíamos situar siempre a su espalda. "Hay que tener en cuenta que en cualquier momento puede desmayarse o perder el control por el cansancio, la tensión o el ahogamiento", apunta Pascual.

Para prevenir estos accidentes, en aguas abiertas mejor nadar en paralelo a la orilla y en compañía. Especial atención a los menores. "Los niños se ahogan en 5 centímetros de agua, en silencio y en muy pocos minutos", advierte Luis Miguel Pascual, que nos invita a reflexionar con los datos que aporta en su último informe sobre accidentes infantiles la Organización Mundial de la Salud (OMS).

No entrar de golpe en agua fría


Entrar de golpe en el agua después de haber tomado durante horas el sol o haber hecho ejercicio no es buena idea. Corremos el riesgo de sufrir una hidrocución o mal llamado "corte de digestión". Se trata de un cambio brusco de temperatura que se produce al meternos de golpe en agua fría. Es frecuente que ocurra después de las comidas, porque el cuerpo alcanza una temperatura más alta durante la digestión. El estómago necesita mucho aporte de sangre y a la vez le pedimos al cuerpo que mande sangre a la piel para calentarla. En esta situación "el cerebro se queda sin la sangre que necesita y se produce un cuadro sincopal general, pudiendo llegar a un paro cardíaco", señala Salvador Tranche, secretario general de la Sociedad Española de Medicina de Familia. El shock es inmediato, la víctima se hunde sin poder luchar hasta el fondo y sin poder avisar a nadie. También se conoce como "muerte blanca" o "ahogado seco" y es el responsable del 20% de las muertes que se producen anualmente por ahogos.

¿Cómo evitar la hidrocución? Los expertos apuntan varios consejos básicos:
* Ducharse antes de entrar en el agua
* Evitar el golpe brusco con el agua fría
* Entrar despacio al agua mojándose la tripa, las muñecas, los tobillos y la nuca
* Evitar la exposición prolongada al sol
* Evitar los ejercicios intensos antes del baño

Los ancianos y los niños son los más propensos a sufrir este tipo de lesiones. Además de seguir las recomendaciones básicas, es importante educar a los menores transmitiéndoles la idea de que hay que esperar un par de horas tras la comida antes de bañarse. "Hay que salir rápidamente del agua si sentimos mareos, malestar, calambre o nauseas", indica el doctor Tranche. También podemos sentir escalofríos, visión borrosa o zumbido de oídos. En el caso de los niños, que no son conscientes de estos síntomas, pueden empezar a ponerse pálidos, tiritar o marearse.

No a las zambullidas imprudentes

"Piénsatelo. No vayas de cabeza". Este es el nombre de la campaña que el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo pone en marcha cada verano con el objetivo de concienciar a los bañistas del riesgo que corren al lanzarse de forma imprudente en el agua. En 2009, en este centro sanitario se trató a un total de ocho pacientes con lesión medular por zambullida, en 2008 el número de ingresos fue de tres. En total, han supuesto hasta el 6% del total de ingresos en los últimos 10 años. Los pacientes que sufren este tipo de lesiones suelen ser jóvenes -entre el 80 y el 90% tienen edades entre los 15 y los 25 años-, y en su mayoría varones -cuatro de cada cinco-. Por eso los expertos, insisten en que estas lesiones medulares se pueden evitar. Lo más importante es no lanzarnos a zonas de baño desconocidas y donde no sabemos cuál es la profundidad. Si tenemos el impulso irrefenable de lanzarnos de cabeza, mejor zambullirse con los brazos situados en prolongación del cuerpo, protegiendo el cuello y la cabeza.

Y si no sé hacer el "boca a boca"

Cuando ocurre un accidente, es necesario actuar lo más rápido posible. Cruz Roja recomienda seguir el esquema P.A.S.: En primer lugar, hay que Proteger el lugar del accidente, Avisar a los servicios de emergencia (112) y Socorrer a los heridos.
"Si hay un accidente debemos ayudar sólo si tenemos conocimientos o fuerza suficiente para hacerlo. Sólo con poner a la persona de lado estamos permitiendo que se abran sus vías respiratorias una vez esté ya fuera del agua", explica en RNE, Francisco García Riesco, responsable de Salvamento Marítimo de Cruz Roja. Por su parte el doctor Salvador Tranche pone el acento en las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) y sugiere a toda la población que aprenda a realizarlas. "Lo primero es aplicar cinco respiraciones boca a boca y después comenzar el masaje cardíaco haciendo 30 aplicaciones sobre el corazón y dos respiraciones. Es algo muy sencillo que puede salvar vidas", comenta. El Plan Nacional de RCP, Cruz Roja y Asociaciones y Escuelas de Socorrismo ofrecen cursos básicos para aprender primeros auxilios y reanimación.


martes, 20 de julio de 2010

Consejos para evitar que el baño acabe en tragedia.

Fuente: RTVE 20/07/2010
En los últimos días han fallecido once personas ahogadas en playas, ríos, pantanos y embalses. El responsable de Salvamento Marítimo de la Cruz Roja, Francisco García Riesco, comenta en el programa En días como hoy de Radio Nacional algunos consejos para evitar que un refrescante baño veraniego acabe en tragedia.

lunes, 19 de julio de 2010

El Pontón Alto, de nuevo.

Foto: El Adelantado, Alberto Benavente
Hoy, El Adelantado de Segovia publica un extenso reportaje sobre el Pontón Alto, en el que aparece la Escuela Segoviana de Socorrismo. Al respecto, creemos oportuno recuperar el comunicado que la Junta Directiva de la ESS hizo público el pasado año y que sigue desafortunadamente de actualidad.

Desde hace quince años en la ESS nuestro principal interés es evitar que se produzcan sucesos de este tipo. No es nuestro cometido levantar polémica ni ser conciencia de nadie, pero una vez más, después de tantos años predicando en el desierto, en la ESS nos vemos impelidos a desempolvar papeles presentados ya en 1996, cuando participamos en la confección del estudio de medidas de seguridad que, durante dos años dotó de un servicio de vigilancia y socorristas al Pontón Alto. A recuperar notas de prensa refrescadas año a año con consejos y medidas de seguridad para los bañistas y peticiones a las administraciones para que se llegue a un acuerdo definitivo sobre qué hacer con la seguridad del baño en el Pontón. Quince años y (si no nos falla la memoria) media docena de fallecidos después, las conclusiones siguen siendo las mismas, intentemos hacer un esfuerzo de reflexión que nos sirva para enmarcar adecuadamente el problema, con independencia de la circunstancias de éste caso concreto, puesto que estimamos que el problema tiene mucho mayor calado.


1 – El riesgo de sufrir un ahogamiento no depende del dominio de la natación de las personas, sino más bien del riesgo que asumen al realizar una actividad acuática. Los estudios epidemiológicos demuestran que quienes mejor nadan realizan actividades de mayor riesgo, como por ejemplo, nadar alejados de la orilla, mientras que los nadadores con menor confianza normalmente hacen aquellas con las que se sienten más seguros, siguiendo el ejemplo, se alejan mucho menos de la orilla o permanecen dónde hacen pie. Esto significa que los “buenos” nadadores sufren más incidentes porque asumen mayores riesgos, pero también que los “malos” nadadores tienen menos habilidades para reaccionar ante incidentes, (como por ejemplo, dar un tragón y asustarse al intentar hacer pie y ver que hay más profundidad de la esperada), que en otras circunstancias sólo sería un susto. La imprudencia, el descuido en la supervisión de los niños y acompañantes o la falta de formación en seguridad acuática de los monitores también están, por desgracia, en el origen de muchos de los ahogamientos.

2 – Esos mismos estudios demuestran que la población inmigrante tiene un riesgo de ahogamiento entre dos y cinco veces mayor que los españoles. Las razones son diversas, pero la más importante apunta a que la cultura y la educación cívica que se viene desarrollando en nuestro país desde hace años en relación con el medio acuático, especialmente con los niños y las familias a través de los cursos de natación, las normativas y la presencia de Socorristas, tiene un efecto protector altamente positivo y éste es un bagaje que la mayoría de las poblaciones inmigrantes no traen de sus países de origen, por lo general menos avanzados en este aspecto.

3 – En todas las circunstancias y entornos, -piscinas, ríos, mar, embalses- el medio acuático permite ya de por sí un escaso margen de error y en el Pontón, este margen es casi inexistente. Cualquier persona que sufra un incidente o indisposición que le haga entrar en lo que técnicamente se conoce como “dinámica de ahogamiento”, o es rescatada en menos de cinco minutos o con toda probabilidad su cerebro morirá en ese plazo por la falta de oxígeno, por muchos medios que se pongan después en marcha.

4 – Aunque la vigilancia y la prevención de los incidentes son las labores a las que el Socorrista dedica más esfuerzo y recursos, ya hemos comentado que el tiempo que la persona pasa sumergida en anoxia, es decir sin respirar, es el factor clave y por ello son cruciales la rapidez en el rescate y la realización del Soporte Vital Básico dentro de los 3 a 5 primeros minutos (respiración boca a boca y masaje cardíaco). La presencia y actuación de los Socorristas, entrenados en rescate acuático y SVB suponen, literalmente, la diferencia entre la vida y la muerte. Junto con las demás labores citadas, son las principales razones de la obligatoriedad de su presencia en las instalaciones acuáticas.

5 – El Pontón es un lugar de riesgo elevado respecto al baño. A sus especiales características: profundidad, turbidez, etc., se unen la falta de vigilancia, señalización y normas de uso y la presencia de un público heterogéneo, compuesto en gran parte, como hemos podido comprobar a menudo, por personas con poca conciencia de sus riesgos y de la necesidad de adoptar medidas de autoprotección por lo que utilizan el embalse con poca o nula conciencia de ello.

6 – No podemos olvidar que el Pontón es objeto de diversas actividades como la pesca, el piragüismo y otras relacionadas con el ocio, el cercano Parque Robledo y próximamente Segovia 21, que también influyen significativamente en el entorno, el agua y la seguridad global, incluyendo las explotaciones ganaderas que existen en las cercanías.

7 – No compete a la ESS dilucidar si el baño en el Pontón debe o no permitirse. Nuestro cometido ha sido y sigue siendo proporcionar los estudios técnicos que apoyen la toma de decisiones al respecto, indicando las circunstancias, medidas y equipamiento que sean necesarios para que si se permite, se haga con las máximas garantías posibles, minimizando los riesgos. Del mismo modo, otros aspectos técnicos, como la salubridad de las aguas, la seguridad del entorno y la regulación de las actividades mencionadas, deberían ser objeto de similares estudios con el mismo propósito y por ello, no se debería prestar oído al cúmulo de afirmaciones sin fundamento que el público, los medios y los responsables políticos manejan en ocasiones puesto que no tienen mayor fundamento. Desde el principio, en la ESS hemos defendido la utilización de este entorno privilegiado remarcando que el baño debería permitirse siempre y cuando se cumplan una serie de requisitos de equipamiento, vigilancia, seguridad y dotación de Socorristas que minimicen el riesgo de ahogamientos. La más importante sería restringir y acotar el baño a una zona vigilada y equipada, prohibiéndolo en el resto de manera efectiva mediante medidas de disuasión y concienciación del público de la misma manera que se hace en otros lugares de la provincia.

8 – La normativa que regula los espacios naturales en Castilla y León tiene importantes lagunas que han propiciado que el baño en el Pontón (y en otros lugares) sea una patata caliente que las distintas administraciones llevan quince años pasándose de mano en mano. Sin embargo, alegar que el baño no está autorizado, o que está prohibido y luego no aportar los medios necesarios para lograr que se cumpla la prohibición, es doblemente ineficaz y no sirve para acallar conciencias.

9 -A nuestro juicio en este tema no caben ya más medias tintas y deben de acometerse, de inmediato, dos tareas:
A – Definir de una vez por todos quién tiene la responsabilidad sobre el embalse, o si compete a varias administraciones, coordinar una comisión mixta que la asuma y establezca un Plan de Usos, incluyendo el baño y el resto de actividades ya mencionadas o posibles. Si, además de las competencias, existe el problema del coste de los servicios, apelamos a la buena voluntad de los responsables políticos que han aportado ejemplos de colaboración en tantos otros temas y, puestos a poner medios y presupuesto, nuestra opinión es que sería preferible que fueran para la protección del entorno y de los bañistas y usuarios de la zona, antes que para prohibir.
B – Recabar todos los estudios técnicos y asesoramiento necesarios para determinar las medidas adoptar respecto a los usos que se determinen y especialmente en cuanto a si el baño se permite y, si es así, en qué zona y condiciones, dentro de un marco de usos del embalse que regule otros temas como las zonas para la pesca o el piragüismo, etc.

10 – Como último punto, un nuevo llamamiento a la responsabilidad de todos y principalmente a las personas que utilizan el embalse para que contribuyan con medidas de autoprotección a su seguridad y la de los suyos. Puestos a poner medios y presupuesto, sería preferible que fueran para la protección de los bañistas.

Finalmente, insistir que los técnicos de la Escuela Segoviana de Socorrismo estamos a disposición de todos aquellas personas o instituciones a los que podamos ser útiles para hacer que el baño se disfrute con seguridad.

Junta Directiva de la Escuela Segoviana de Socorrismo

domingo, 18 de julio de 2010

Cinco bañistas ahogados y un desaparecido en el fin de semana.

Una mujer de 65 años se ha convertido este lunes en la quinta fallecida por ahogamiento de las últimas 24 horas. La mujer nadaba en la playa murciana de Los Narejos (Los Alcázares), según han informado fuentes del Centro de Coordinación de Emergencias.  Este domingo un matrimonio de 50 y 51 años y su hija de 20 fallecieron ahogados en el pantano de Santolea (Teruel), y otra persona murió mientras nadaba en el Guadalquivir, en Sevilla. Además, se busca a una persona desaparecida un embalse de Huelva.

Fallece ahogada una familia entera

El suceso más grave, en Teruel, ocurrió hacia las 15:00 horas del domingo, en el paraje conocido como Central del Pantano, bajo la presa, en el término municipal de Castellote, según informó la Guardia Civil. Al parecer, las tres personas se estaban bañando cuando el hombre, identificado como Eduardo G.G. y vecino de Alcañiz (Teruel), solicitó ayuda para salir del agua, acudiendo en su auxilio su hija Pilar G.G., de 20 años y vecina de Zaragoza, y su esposa, Herminia Consuelo G.M. El cadáver de la hija fue localizado en una poza al pie de la presa y los del matrimonio a unos 100 metros del lugar de los hechos, en el río Guadalope.

Dos casos más en Andalucía

Por otra parte, un hombre apareció ahogado en el río Guadalquivir en Sevilla capital, según el 112 (Emergencias). Las mismas fuentes precisaron que hacia las 19.45 horas un particular llamó alertando de que un joven que estaba nadando a la altura del Puente del Alamillo llevaba varios minutos sin salir a flote. Los bomberos rescataron al anochecer el cadáver frente al Centro de Alto Rendimiento de la Cartuja.

Similares circunstancias se dieron en Huelva, donde se busca a una persona que desapareció mientras se bañaba en un embalse ubicado cerca de Tharsis, en el término municipal de Alosno.


sábado, 17 de julio de 2010

La falta de normativas deja a los socorristas sin autoridad en las playas

Ana De Arriba y Carolina Simó son dos de las socorristas de las playas de Calafell y Cunit.
Fuente y fotografía: Jose M Balsega, Diario de Tarragona
El mar en calma no es sinónimo de tranquilidad. No es sinónimo de nada. Los socorristas siguen velando para que ni un sólo metro de arena o de agua quede sin vigilancia. «Torre de Mas Mel, cúbreme, que me acerco a la orilla a ver qué pasa», se oye por la radio. Pero lo que es un equipo de profesionales (37 socorristas sólo en las playas de Calafell y Cunit, y que llega a 45 entre conductores de ambulancia y personal médico) puede no servir de nada ante la irresponsabilidad de los bañistas que desoyen cualquier recomendación y atentan contra la prudencia.

Bandera verde, aunque hace unas horas Carolina Simó, vigilante de Calafell, ha tenido que pedir ayuda a la Policía Local de Cunit. Un pescador estaba lanzando la caña en un lugar prohibido junto a niños que jugaban en el mar. «Le he dicho que no podía hacerlo y me ha contestado que no era nadie para impedírselo».

Jugarse la vida

Es el problema con el que se encuentran los socorristas. Están ‘vendidos’ ante los irresponsables. La imprudencia de quienes desoyen las recomendaciones de las banderas o de los propios socorristas puede llegar a provocar la actuación de hasta tres personas (piloto, socorrista y sanitario) obligados a jugarse la vida frente a las olas para rescatarlos. Todos tienen historias de desplantes y amenazas de bañistas. Carolina, Ana de Arriba, que controla la playa desde lo alto de la torre, o el coordinador de Cruz Roja en las playas de Calafell y Cunit, Fulgencio Ruiz. «Les dices que salgan del agua, pero no hacen caso. Nos llegan a insultar», explica De Arriba.

37 socorristas, dos quads, dos ambulancias u once torres no sirven de nada si se cometen imprudencias que pueden resultar muy caras. «Cuando se pone una bandera roja es porque hay estudios de corrientes, de vientos, de situaciones que el bañista no percibe pero que son de alto riesgo», explica Ruiz. El problema es la falta de una ordenanza que los ayuntamientos no se atreven a redactar y que determinaría, de una vez por todas, las multas para todos aquellos que cometen imprudencias. Cuando ya impotentes los socorristas deben avisar a la Policía Local, la posible multa es por no hacer caso a la autoridad, pero cuando llegan los agentes los irresponsables suelen salir del agua y pocas veces se cursan esas sanciones.

«Nos encontramos con todo. Quienes te mandan a paseo y siguen con bandera roja y con sus hijos en el mar pese a las olas, o los pescadores que tampoco te hacen caso», explican las socorristas. En algunas ocasiones hasta reciben amenazas.

Medusas

«Ya pueden haber olas de tres metros, bandera roja, que chillemos desde la orilla o que acabemos de sacar a un ahogado. Hay quien sigue sin hacer caso», explica Carolina Simó. Eso sí, ante la mera insinuación de que puede haber una medusa en el agua, entonces los ‘valientes’ salen despavoridos del mar. Banderas rojas, carteles prohibiendo bañarse junto a los espigones de Cunit, donde se forman grandes remolinos y donde cada temporada hay al menos un par de muertes, señales recomendando no lanzarse de cabeza desde los diques del puerto...; Nada parece servir porque cada temporada se repiten las imprudencias y los socorristas siguen siendo el blanco de los insultos de los irresponsables. «¿Y qué vamos a hacer? Seguir vigilando para que no pase nada», señala Fulgencio Ruiz.

miércoles, 14 de julio de 2010

Un tiburón azul obliga a desalojar la playa de Torrecarbonera.

Fuente: Europa Sur
Eran las 16:30 horas de ayer, uno de los momentos del día más calurosos, cuando un tiburón azul de 1,20 metros de longitud comenzó a merodear por la playa sanroqueña de Torrecarbonera, en la zona del Faro a escasos metros de la orilla. Alguien dio la voz de alarma al 112. Enseguida el personal de socorrismo izó la bandera roja y alertó a los bañistas de la presencia del escualo. Protección Civil, a instancias de la Guardia Civil, procedió a evacuar la playa, que se reabrió a las 19:00 horas aproximadamente.


El tiburón estuvo tan cerca de la orilla que varias personas pudieron hacerle fotografías. Según Protección Civil, el animal se puso a nadar en bucles desde la zona del Faro de Alcaidesa hasta la parte de la playa perteneciente a La Línea, para luego volver a su punto de origen. La tintorera o tiburón azul (Prionace glauca) es frecuente en el Mediterráneo, si bien se puede encontrar en todos los océanos y mares del mundo. Aunque el ejemplar de ayer era de 1,20 metros, la longitud media es de 2,5 metros y 80 kilos de peso. Sin embargo, se han registrado casos de hembras adultas con longitudes superiores a los 4 metros y hasta 220 kilos de peso.

Por otro lado, los servicios de salvamento y socorrismo de las playas de San Roque rescataron a 78 personas y realizaron 70 curas desde que funcionan estos servicios. Es decir, en tan sólo 11 días, según informó ayer el Ayuntamiento sanroqueño. Según una estadística elaborada por Protección Civil del municipio, la mayor parte de las labores entre el jueves 1 y el domingo 11 de julio se concentraron en las playas de Torreguadiaro y Guadarranque. Así, en la primera se realizaron 48 curas por diversas razones, como heridas, púas, o picaduras de medusas; y 34 rescates en el mar. En la segunda tuvieron lugar 9 curas y 38 rescates. Además, el único paciente que ha tenido que ser trasladado a un centro sanitario ha sido en Guadarranque.

En el resto de playas no ha habido tanto movimiento. La más tranquila ha sido Campamento, con ningún tipo de incidencia registrada. Le siguen de cerca Sotogrande, con sólo dos curas, y Puente Mayorga con cuatro curas y dos rescates. Alcaidesa-Torrecarbonera y Cala Sardina también presentan un balance positivo con cuatro curas y dos rescates la primera y una cura más la segunda. Protección Civil hace un llamamiento a los usuarios de las playas para que hagan caso de las indicaciones pertinentes. Y es que muchos de los rescates se hicieron mientras ondeaba la bandera roja por lo que los bañistas no sólo pusieron en peligro sus vidas sino también la de los socorristas.

El edil responsable de Seguridad Ciudadana, José Luis Navarro Sampalo, subrayó la necesidad de que los bañistas se comporten de una manera responsable: "Si las banderas están rojas, no deben arriesgar sus vidas y las de los socorristas metiéndose en el agua, y si éstos les recomiendan que no lo hagan, deben comprender que es por su bien y hacerles caso. Se trata de tener un poco más de sentido común, porque el verano es largo y siempre hay tiempo de bañarse sin correr peligro. Hagamos entre todos que la temporada de playas sea un modelo de seguridad". Entre socorristas, médicos y enfermeros unas 60 personas prestan servicio de socorrismo y salvamento en las playas de San Roque desde el 1 de julio. Cuentan con medios técnicos -algunos donados por particulares y empresas-, y con infraestructuras desde hace ya varios años para albergar material y servir como sede de los servicios de seguridad.

viernes, 9 de julio de 2010

Fallece un niño de tres años ahogado en la piscina de su chalet.

La tragedia golpeó ayer a la familia Sáez Urquiza cuando su miembro más joven, el pequeño Esaú, de tan sólo tres años, perdió la vida ahogado en la piscina de su chalet de Otura. Esaú se encontraba en la cocina de la casa, dibujando en compañía de su madre y su hermano de doce años. En un suspiro, salió al jardín sin que nadie se percatara y al parecer cayó accidentalmente al agua. Su madre, al ver que Esaú había desaparecido, salió en su búsqueda y lo encontró flotando inerte en la superficie.

El trágico suceso tuvo lugar ayer, aproximadamente a las 13.30, en el mismo instante en que el padre de Esaú llegaba a la casa. Allí encontró a su mujer alarmada, que acababa de realizar el nefasto hallazgo. Pidieron socorro al vecino de enfrente, Antonio, que inmediatamente avisó al 061. Siguiendo por vía telefónica indicaciones de los servicios de emergencia, Antonio y el padre del chico efectuaron las pertinentes maniobras de reanimación en un intento desesperado por salvar la vida de Esaú, pero fue en vano.

Ya era tarde. Cuando llegaron las ambulancias, casi a las 14.00, sólo pudieron confirmar el fallecimiento. Poco después, un dispositivo conformado por la Guardia Civil y la Policía Local de Otura realizó el atestado del suceso y posteriormente fue requerido un equipo de psicólogos de Protección Civil para atender a los familiares. «Lo intentamos por todos los medios, pero no hubo reacción», señalaba Antonio, que reside justo enfrente de los afectados y les ayudó con las tareas de resucitación, que resultaron inútiles.

Drama

En la casa de los Sáez Urquiza, ubicada en la urbanización Nueva Otura, se vivió un auténtico drama. Como confirmó la Guardia Civil, a las 17.00 se produjo el levantamiento del cuerpo, que fue trasladado a continuación al tanatorio de Alhendín, localidad de donde es originaria la familia. Hasta allí se trasladó un equipo del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Desastres (Giped), para acompañar a los allegados durante las horas que dure el velatorio y posterior entierro, según informaron desde el servicio de emergencias 112.

«Sus padres y su hermano estaban siempre encima de él», señalaba Antonio, visiblemente afectado. Todo apunta a que este desdichado accidente fue el resultado de un fatal cúmulo de circunstancias. Sin duda, nada podrá consolar a los familiares después de esta desgracia irreparable.

Editorial
Todos los años leemos noticias como ésta con estupor, frustación y profunda tristeza. Estupor porque se sigan produciendo hechos que pueden ser evitados con medidas sencillas y al alcance de todos. Frustación porque con una RCP temprana por un familiar Esaú habría tenido, quizá, una posibilidad de supervivencia. Y tristeza porque la pérdida de un hijo en estas circunstancias, sabemos que marca el resto de la vida de una familia y sus allegados.
Como en tantos otros temas, debemos cambiar nuestra mentalidad y pasar del "nunca pasa nada" al "prevenir para que no pase". En este punto creemos necesario, imprescindible, volver a leer el informe de la OMS sobre prevención del ahogamiento en la infancia traducido en febrero por la Escuela Segoviana de Socorrismo y poner en práctica las estrategias de prevención que en él se indican: Barreras que eviten acceso; Supervisión contínua por personas adecuadas; Formación de la familia en SVB ...
Sólo así conseguiremos que noticias como éstas, sólo las encontremos en las hemerotecas.

jueves, 8 de julio de 2010

Un socorrista salva a un hombre de morir ahogado en San Lorenzo en Gijón

Fuente y fotografía: www.lne.es
Un empleado del servicio de Salvamento de Playas de Gijón rescató ayer, alrededor de las diez menos cuarto de la mañana, a un bañista que se encontraba en apuros. El suceso tuvo lugar a la altura de La Escalerona. El salvamento observó, cuando se dirigía a su trabajo, que el bañista «se encontraba en riesgo de ahogamiento» por lo que entró en el agua y trasladó al hombre hasta la Central de Salvamento. Una vez allí, el herido fue asistido por un equipo de servicios sanitarios.

El bañista permaneció «consciente» en todo momento, según informaron ayer a este periódico fuentes municipales. Los médicos no tuvieron que trasladarle al hospital por lo que el herido abandonó «en buen estado y por su propio pie» la playa de San Lorenzo. De hecho, el bañista se despidió del personal de salvamento con un «mañana vuelvo». El herido es un habitual de esta playa gijonesa y acude casi a diario a disfrutar del mar.

lunes, 5 de julio de 2010

Un joven de 22 años fallece ahogado en el embalse de Santa Teresa.

Fuente: ABC Salamanca 05/07/2010
Un joven, S. C. P., de 22 años y nacionalidad ecuatoriana falleció ahogado ayer por la tarde en el embalse de Santa Teresa, ubicado en la localidad de Salvatierra de Tormes. El suceso tuvo lugar a las 17.10, mientras el fallecido se encontraba nadando en aguas del río Tormes, informa Efe.

En un momento determinado el joven se introdujo en el agua y, por causas que se desconocen, no regresó a la orilla hasta un rato después y en condiciones físicas muy desfavorables. En un primer momento le brindó asistencia médica un joven que trabaja en Francia en un hospital de referencia en materia de ahogados, según fuentes de la Guardia Civil. Posteriormente, hasta el lugar del suceso se desplazó un equipo médico, una ambulancia de soporte vital básico y un helicóptero medicalizado por si hubiera sido necesario el traslado urgente a un centro hospitalario. Tras intentar reanimarle durante varios minutos, los facultativos sólo pudieron certificar su muerte.

Este es el primer suceso de este tipo en lo que va de año. En 2009, falleció un varón de 53 años en Zamora. La víctima estaba nadando en aguas del Ricobayo, en una zona poco profunda pero con numerosas pozas. Tras poner en marcha un dispositivo en el que participaron los Bomberos y la Guardia Civil, apareció el cuerpo sin vida del bañista.